
Descripción
La excavación arqueológica de 1989 descubrió un ingenioso sistema de recogida de agua de lluvia en la parte más alta del castillo. Un tejado de losas sobre la sala gótica vertía hacia un canalillo central, de doble pendiente, que llenaba el aljibe rectangular, situado al este, y el de planta redonda y cubierta de sillería, cuyas aguas sobrantes se conducían hacia otro pequeño aljibe situado en las escaleras de acceso. De tal forma se aprovechaba al máximo la lluvia, única fuente de aprovisionamiento de agua, a falta de pozos y fuentes en el interior del castillo. La terraza servía además de magnífica atalaya, dominando un amplio territorio, y conformaba la última defensa de la fortaleza en caso de asalto.