Ruta 2: Carrasca de los Tocones


Tipo: En vehículo o a pie
Dificultad: Fácil
Duración: 20 min a pie, 10 minutos en vehículo
Distancia: 5,3 km de ida y vuelta


Desde el aparcamiento del Castillo se toma la carretera dirección a Peracense hasta llegar al pueblo. Una vez allí se continúa por la carretera TE-58 con dirección a Almohada, y justo a la altura del Peirón de San José, el recorrido se desvía a la izquierda por una pista señalizada hasta la Carrasca. El paisaje está formado por suaves lomas en las que se alternan masas se encinas con campos cerealistas, aunque sobresalen las grandes acumulaciones de piedras entre las parcelas, procedentes de los trabajos agrícolas de despedregado. Desde aquí obtienen unas excelentes vistas del cerro de San Ginés, el castillo y el afloramiento del rodeno.

La carrasca de los Tocones es un espectacular ejemplar de Quercus rolunfolia, un árbol perennifolio, común en el bosque Mediterráneo, que alcanza una longevidad de más de 1.200 años, siendo uno de los ejemplos antiguos encontrados en la Península Ibérica. Sorprende por su gran tamaño, 16 metros de altura y un diámetro de 148 centímetros, a pesar de haber perdido varias de las ramas.

Esta especie se adapta muy bien al clima local, ya que resiste las sequías estivales y los inviernos fríos. Su fruto es la bellota, madura en los meses de septiembre y octubre.

La ceniza de carrasca era muy demandada como blanqueador y desinfectante de ropa, y junto con el carboneo, una de las razones que explican la fuerte deforestación sufrida por los encinares.

Los campos que rodean a la carrasca, actualmente cultivados de cereales de secano, fueron durante mucho tiempo plantaciones de azafrán, cultivo tradicional en el alto Jiloca, tierras frías aptas para esa planta.