Ruta 3: Cerro de San Ginés

Tipo: A pie, aunque existe la opción de subir en vehículo o bicicleta por otros caminos.
Dificultad: Media
Duración: 2 horas
Distancia: 6 km entre subida y bajada
Ascenso al pico más alto del valle del Jiloca, desde cuya cima se obtiene una extraordinaria panorámica de 360º del entorno. Es de interés paisajístico, histórico y religioso.
Esa ruta de inicia en Perecense, donde hay que tomar la carretera que conduce al castillo de Peracense. Junto a la fuente-abrevadero del Arcillero, se toma a la izquierda una pista en dirección sur. Unos metros después se cruza la vía minera, y se llega a un pequeño llano, desde el que se obtienen unas vistas espectaculares de la cara sur del castillo, completamente mimetizado con el entorno. La vegetación es de monte bajo con encinas y ejemplares sueltos de sabinas y enebro, acompañado de tomillo y gayuba.
En el lado derecho de la pista hay que tomar una senda (señalizada) que asciende en zig-zag hasta alcanzar la cima, transcurriendo entre pinos de repoblación, carrascas, rebollos y enebros. A mitad de ascenso, la senda gira a la derecha y llega a un pequeño pinar, una pequeña vaguada donde se retiene el agua conocida como la fuente del jabalí. Conforme se va ascendiendo, la vegetación va desapareciendo hasta que la senda se vuelve rocosa, pudiéndose observar las cuarcitas y pizarras del Paleozoico.
Pocos metros después, se alcanza la cima de 1.600 msnm, que constituye una verdadera torre vigía del valle Jiloca, un llamativo afloramiento rocoso entre los Montes Universales y Sierra Menera. Contrastan los grandes repetidores de telefonía con la pequeña ermita dedicada a San Ginés, patrón de Peracense y, durante siglos, un punto de peregrinación desde varios pueblos de alrededor, tradición todavía mantenida en la actualidad por Rodenas y Peracense. La ruta realizada es el camino que cada 25 de agosto hacen los peracensinos en honor a su santo. En la cara sur de la cumple, rocosa y escarpada, se encuentra un vértice geodésico y las ruinas de un antiguo torreón, que permitía avisar al castillo de Perecanse en caso de peligro.
La panorámica es espectacular y obliga al visitante a andar en círculo para poder observar el horizonte en todas direcciones y contemplar localidades como Peracense, Villar del Salz, Rodenas, Setiles, Pozondón o Santa Eulalia, además del paisaje del rodeno, los Montes Universales, la Sierra de Albarracín, Sierra Palomera o el Valle del Jiloca.